Rastrear productos falsificados puede ser una tarea muy sencilla si se cuenta con las herramientas indicadas. Tecnología y automatización: qué hacen las grandes marcas para proteger la propiedad industrial de sus productos.
Las bondades que ofrece Internet han generado que las empresas puedan ampliar mucho más el alcance de sus ventas. Hoy, los marketplaces, las tiendas online propias y las redes sociales suponen una interacción más frecuente y constante con los usuarios que, cada vez más, se inclinan por las nuevas plataformas digitales para las operaciones de compra y venta.
Estas ventajas que ofrece la red, sin embargo, han suscitado que se expandan también ciertas prácticas contra las que, hace poco tiempo atrás, era más fácil combatir: la falsificación de productos. La piratería de productos ha aumentado de manera exponencial en los últimos años. ¿Qué se puede hacer como empresa para saber si mi marca está siendo falsificada?
Una de las alternativas para encarar el problema es hacerlo de forma manual. Se identifican todas las plataformas de venta donde se sospecha que se pueden encontrar nuestros productos y luego se ponen manos a la obra. Por supuesto, hacerlo de esta forma requiere de un esfuerzo muy grande y una capacidad limitada de casos que se pueden detectar por día. Para facilitar la tarea, existen soluciones como Pulpou, que automatizan la búsqueda. Aunque aún contratando estos servicios es clave saber cómo hay que buscar.
Es importante encontrar patrones en los anuncios piratas. Para eso, es de gran ayuda recolectar información importante de cada publicación, tales como la URL, nombre del producto y el precio, entre otros datos. Para optimizar la búsqueda de esta clase de anuncios se pueden tener en cuenta ciertos términos que, por lo general, suelen estar asociados a la piratería: “similar”, “réplica”, “outlet”, entre otros.
Una vez que se aplica un filtro –de plataformas y ciertos términos que permitan achicar el radio de búsqueda-, debe prestarse atención a ciertos indicios, tales como el precio, el canal de venta, el logotipo y la foto del producto. De esta manera, un precio que se encuentra muy por debajo de lo que ofrece el mercado, un logo poco realista o la utilización de imágenes genéricas pueden ser alarmas a tener en cuenta.
Otra advertencia que puede sugerir que el vendedor comercializa productos truchos es si tiene poca variedad, pero mucha cantidad de cada modelo. Por otro lado, algo a tener en consideración también es que un vendedor particular no tiene tallas o colores para escoger.
Si bien es posible trabajar manualmente para atacar el problema, la cantidad de casos sospechosos que dan vuelta por la red torna inviable ser cien por ciento efectivos. Ciertas marcas cuentan con más de 3 mil incidentes de productos falsos mensuales. ¿Qué equipo interno puede atacar esa cantidad de casos?
De esta manera, al ser una problemática que preocupa crecientemente a las primeras marcas, se puede automatizar parte del proceso con el fin de aumentar considerablemente la cantidad de falsificaciones que se descubran diariamente. Existen como se dijo anteriormente programas de búsqueda y manejo automatizado de la información. Ciertos softwares específicos permiten encontrar productos falsificados por nombre, denominación y por imagen.
Pulpou, por ejemplo, cuenta con una plataforma web que permite monitorear y enviar avisos de infracciones reclamadas a más de 100 sitios. A través de esta tecnología, se puede rastrear a los infractores ya detectados para evitar futuras infracciones y, a su vez, es factible detectar casos que puedan resultar sospechosos.
Guillermo Navarro, socio del estudio BILDENLEX, especialista en temas de propiedad intelectual, innovación y derecho tecnológico, anticipa que es muy importante que las marcas identifiquen los procesos de compraventa por internet primero, el tipo de publicidad que se hace y cómo se busca e identifica su producto.
“La reputación y el conocimiento de lo que se dice de los productos – y también servicios – es fundamental. Pero todo siempre necesita de tener la marca registrada en las clases de productos y servicios correspondientes. No hay que olvidarse de los dominios y los nombres en redes sociales. Además, un último tema importante es que tu marca no se use para Adwords en Google, porque eso es una infracción a los derechos de tu marca si está registrada”, agrega Navarro.
Desde DDM Abogados explican que existen tres formas: las falsificaciones, las imitaciones y las copias. “El producto que ha sido falsificado se ha creado o modificado con el objetivo de que pueda confundirse con el original, que responde a una marca y a una empresa”, indican desde el estudio. En el caso de la “imitación” es diferente –precisan- ya que no se persigue “confundir” al usuario y hacer pasar el producto como original.
“Por último, las copias. Están consideradas como de las más peligrosas de las tres, ya que al ser una copia de una original no busca en ningún caso confundir a la persona que lo adquiere, pero estas copias no responden a ningún estándar de calidad y esto puede conllevar un atentado para la seguridad y salud pública por ejemplo, en función de los mercados en los que nos estemos moviendo”, profundizan.
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