Qué son, cómo funcionan, cuáles son los productos más buscados y de qué manera se protegen las diferentes tiendas en los casos donde hay productos falsificados y pirateados. La experiencia de TiendaMía y TheCocoBox, dos operadores en las Américas.
El comercio electrónico cross-border es la operación de compra y venta de bienes o servicios a través de distintas fronteras. Así define su negocio, en diálogo con Pulpou, Matías Bras Harriot, cofundador de TheCocobox, una tienda online “pensada para que los usuarios puedan comprar los productos de las marcas más importantes de Estados Unidos”. La razón de este negocio en ascenso es que miles de tiendas en países desarrollados no despachan envíos internacionales. Por eso, las plataformas cross-border actúan como intermediarios.
El negocio se está desarrollando en buena parte de los rubros del mercado logístico, en especial los clásicos Business to Consumer (B2B) y Businness to Business (B2B), donde prevalecen marketplaces como Amazon y Alibabá) o Consumer to Consumer (C2C), en donde los principales players principales son Amazon, eBay y MercadoLibre, entre otros.
Hace un lustro, según Accenture, sólo 12 países representaban casi el 80% de todos los compradores cross-border. Desde entonces se sumaron cientos de miles de consumidores al comercio electrónico, lo que impulsa indirectamente el fenómeno. Según el prestigioso sitio e-marketer, se calcula que para 2023 más del 63% de las ventas totales de retail en China se realizarán a través de e-commerce. En la actualidad, las ventas por e-commerce en China representan más del 40% de las ventas mundiales de e-commerce, lo cual representa más que las ventas por esta vía en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón.
Roger Dimant, country manager de Tiendamía Argentina, una plataforma especializada en envíos transfronterizos, expresa que muchas veces el usuario elije el cross-border e-commerce por una diferencia de precios, pero también por la disponibilidad de productos. “La variedad es fundamental y muchas cosas no se consiguen en el país”. Es por eso que los adeptos a esta corriente suelen estar en países en vías de desarrollo y, los proveedores, en market-places de países como Estados Unidos y China, especialmente.
“Maximizar el rendimiento dependerá de varios factores, pero principalmente su punto neurálgico parte de la misma relación que en las tiendas físicas: oferta/demanda”, remarca Harriot. En este sentido, sostiene, habrá que contemplar variables específicas de este tipo de operaciones como ser la logística, logística inversa y las regulaciones propias de cada país, tanto de origen como de destino.
Harriot señala que los productos habitualmente más buscados son precisamente los que no se encuentran disponibles geográficamente para la compra tradicional, ya sea en tiendas físicas o plataformas de e-commerce locales o aquellos que pudieran ser más económicos de acuerdo a su arancelamiento aduanero: computación, electrónica, moda y productos específicos para la educación o el desarrollo (libros, repuestos, maquinarias, herramientas de trabajo y accesorios, entre otros).
En el caso de Dimant, destaca que hoy en día los productos que más ingresan a la Argentina desde Estados Unidos, su principal vía, son los termos Stanley, los parlantes JBL, Apple Airpods, Google Chromecast, Apple iPads, muñecas Cry Babies, electrónica general, indumentaria, repuestos y herramientas profesionales; entre otras cosas.
En cuanto a las políticas de protección marcaria, en el caso de TheCocobox ya se encuentran previamente reguladas por Amazon, quien es responsable de controlar las publicaciones realizadas, los productos ofrecidos y, eventualmente, si el vendedor o la marca disponen de alguna restricción de exportación (sea por una política comercial o para evitar inconvenientes con representantes regionales en el país de destino), Amazon simplemente bloquea la entrega de los productos. Lo mismo ocurre en el caso de Tiendamía, por lo que no suelen tener ese tipo de problemas, le señalan desde la compañía a Pulpou.
Respecto a productos falsificados o pirateados, expresa Bras Harriot, corre la misma política que lo mencionado anteriormente: Amazon es quien debe regular en primera instancia la proliferación de publicación con este tipo de productos, “y en el caso TheCocobox, este tipo de compras son alertadas previamente al cliente (si fuera el caso); aunque en definitiva la compra en sí corre por cuenta y responsabilidad del cliente. Si bien nuestro servicio principal se limita a facilitar la compra en el país de origen y entrega del producto en destino, en la medida de los posible nuestro servicio de Customer Care se ocupa de gestionar e intentar resolver cualquier incidente que pudiera haber con la compra realizada”.
En relación a la responsabilidad que cabría si un fabricante realizara alguna denuncia sobre un producto enviado al depósito, agrega Bras Harriot, habría que estudiar en primera instancia sobre qué está basada la misma; ya que la posición de TheCocobox es la misma que la de un consumidor final y no un revendedor de productos (el precio del producto es el mismo que en origen, solo cobran una tasa de servicio por la gestión). “Las compras son enviadas a consumidores finales, y las enviamos a su domicilio bajo un régimen estrictamente de consumo personal, por lo que en un principio no cabría responsabilidad alguna en cuanto a compras en publicaciones que, como comentaba, ya deberían estar reguladas desde la plataforma de origen”.
Sobre los productos que son más fáciles de falsificar, los que más se ven en el mercado según Bras Harriot son los perfumes, cosmética e indumentaria. Esto sucede con más frecuencia en las compras directas a sitios asiáticos que lo que se ve en Amazon USA, cuyo marketplace tiene políticas muy claras en cuanto al uso de marca y regulación de publicaciones.
Coordinemos una llamada. Solicita una demostración personalizada online.